Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marcho a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

– Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.

 Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

 Jesús le dijo:

  • Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

 Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

 

Palabra del Señor.

Celebramos el domingo de la Infancia Misionera. Como de los que son como niños es el reino de los cielos, les propongo hacerse niños y escuchar esta oración:

 

Querido Jesús:

Si buscas niños y niñas que quieran compartir con otros niños.

Yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas dispuestos a ayudar a quien lo necesite.

Yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas que hablen de ti y de la Virgen a los demás.

Yo soy uno de ellos.

Si buscas niños y niñas que recen para conseguir todo esto, escucha nuestra oración, porque yo soy uno de ellos.

Jesús llamó a unos pobres pescadores, nuevamente se fija en los pequeños, para convertirlos en pescadores de hombres. Ellos no entendieron en aquel momento de qué pesca se trataba, pero poco a poco se dieron cuenta de la maravillosa y arriesgada misión que Jesús les encomendaba: anunciar y establecer el Reino de Dios.

Esta llamada no sólo se produjo “en aquel tiempo”, ahora mismo Jesús nos sigue llamando a todos, en medio de nuestras opciones, coyunturas y circunstancias. Ahora mismo te sigue llamando a ti. ¿Serás capaz de escuchar su voz y dejar en la arena tu barca?