
En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba,
dijo:
– Este es el cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús, Jesús se volvió y al ver que
lo seguían, les preguntó:
– ¿Qué buscáis?
Ellos le contestaron:
– Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?
Él les dijo:
– Venid y lo veréis.
Entonces fueron, vieron donde vivía y se quedaron aquel día, serían las cuatro de la
tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a
Jesús, encontró primero a su hermano Simón y le dijo:
– Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
– Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).
Palabra del Señor.
El grupo Mecano, cantaba una canción titulada “J.C.”. Su letra decía cosas como estas:
Pasabas por allí, no sé bien,
Que vibró dentro de mí
Y sin pensar me fui detrás de ti.
La luna en tu melena me ayudó
A seguir tus pasos por la acera,
Pero al doblar la esquina del bazar
No sé como te perdí.
En plena confusión escuché
De mi corazón
Como una voz marcando la
Señal
Iba diciendo…
“Tú,
Tú y yo,
Tú y yo,
Tú y yo…”
El encuentro con Dios se produce en la intimidad de nuestro corazón, y es
importante saber responder, tanto en la intimidad como en la vida. Tengamos en cuenta
que el encuentro con Dios se produce también a través de los otros, de las demás
personas con las que convivimos. Hoy la Iglesia nos invita a celebrar el Día de las
Migraciones, con un lema, con la invitación a encontrarnos con Dios en los demás:
“Salgamos al encuentro… abramos puertas.”. Pues que así sea.