En aquel tiempo los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
– Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo
Palabra del Señor
En nuestro bautismo fuimos bautizados en un Dios trinitario, en un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, fuimos bautizados en un Dios único, pero no solitario. Los cristianos creemos en un solo Dios, no somos politeístas, y decimos que nuestro único Dios, como Padre es creador, como Hijo es nuestro redentor y como Espíritu Santo nos da espíritu y vida.
Nuestro Dios es un Dios Amor, un ser de relaciones. En este sentido, celebrar la fiesta de la Santísima Trinidad es celebrar la fiesta de un Dios Amor.
Es muy conocida la leyenda del episodio de San Agustín en la playa: un niño trata de meter todo el agua del mar en un pequeño pozo que está construyendo en la arena. El santo obispo de Hipona contempla lo que está haciendo el niño y le dice que es imposible que consiga su objetivo.
Pero el niño le responde diciéndole que es más difícil todavía desentrañar lo que estaba pensando. Al parecer, San Agustín estaba meditando en el misterio de la Santísima Trinidad. Leyenda o realidad, lo cierto es que, tras escribir un extenso tratado con el título «De Trinitate” llegó a la conclusión de que lo importante no es sólo conocer, lo más importante es amar ¿De qué sirve conocer algún bien si no lo amásemos?
En la Fiesta de la Santísima Trinidad la Iglesia celebra la Jornada “Pro orantibus”. En este día se nos invita a orar por aquellos que oran continuamente por nosotros. El lema de este año, “Sólo Dios basta””, es un conocido verso de un poema de Santa Teresa de Jesús y nos recuerda que seguimos celebrando el Año Jubilar Teresiano.
Busquemos con todas nuestras fuerzas a Dios con la seguridad de que El sale antes a nuestro encuentro.