En el segundo piso de nuestra residencia, en la habitación número 28, vive el P. Manuel Herrero.

El martes, 26 de abril de 2016, fiesta de Nuestra Madre del Buen Consejo, fue anunciado que el Santo Padre Francisco le había nombrado Obispo de Palencia. Desde entonces, no han parado de llover las felicitaciones, llamadas y oraciones para el hasta ahora Vicario de la Diócesis de Santander.

Nacido en Serdio, muy querido en el pueblo por todos sus vecinos y especialmente por su familia, mostró prontamente su vocación religiosa. Ingresó en la Orden como novicio el 26 de septiembre de 1963, en el noviciado de los agustinos situado en el Monasterio de Santa María de la Vid.

Profesó de votos solemnes el 25 de enero de 1968 y fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1970. Licenciado en Teología Pastoral, es profesor en el Seminario diocesano de Corbán, y lo ha sido en el estudio teológico Tagaste y en el Centro teológico San Agustín (Los Negrales-San Lorenzo de El Escorial).

Ha sido de todo con los agustinos, lo más destacable; prior, consejero provincial y párroco de la parroquia de San Agustín durante 26 fructíferos años.

En la diócesis ha sido delegado diocesano de Cáritas, Vicario General y de Pastoral desde el año 1999, administrador diocesano entre 2014-2015, miembro del Consejo Episcopal de la diócesis, y de los consejos Presbiteral y de Pastoral, formando también parte del Colegio de Consultores y del Consejo de Asuntos Económicos de nuestra diócesis, y además, desde 2014, párroco de la Parroquia Nuestra Señor del Carmen, del Barrio Pesquero.

Pero Manuel sigue yéndose a dormir a las 22.00h. y amaneciendo a las 6.00h. de la mañana. Su talante no ha cambiado, sigue siendo cercano, comprensivo, cordial, amigo, orgulloso de su familia y de los suyos, pero sobre todo, enamorado de Cristo y servidor de su Iglesia.

Generoso sin parangón, acepta este servicio con humildad, consciente de que todo es gracia, sin perder de vista aquella frase de San Agustín que dice “La medida del amor, es el amor sin medida”.

Mientras va haciendo las maletas, ha donado gran parte de sus libros a la biblioteca de los agustinos, sin embargo, no ha dejado de atender en ningún momento sus compromisos como párroco del Carmen y como Vicario.

Lolo, tu familia, todo Serdio, tus amigos, tus parroquianos, tu comunidad, todos, te deseamos que Dios te ayude y bendiga. Felicidades.