Lenny Jillo nació en un pequeño pueblo de la costa de Kenia que se llama Hola. Ella no sabía si Turkana existía en el mapa de Kenia, pero hace dieciséis años entendió que para ayudar a los más necesitados no necesitaba salir de su país, y por ello emprendió el camino de la misión, hoy cuenta con treinta y seis años.
Los turkana son un pueblo nilótico de Kenia, que cuenta con unas 340.000 personas. Habita en el distrito de Turkana en el noroeste de Kenia, una zona seca y de altas temperaturas cerca del Lago Turkana en el Este.
Ella vino a nuestro colegio a hablar de la misión con Patrizía, de nacionalidad italiana, no habló mucho, empleó imágenes. En un vídeo contaba la historia de la misión más que la propia, todo porque cuando uno es enviado a la misión, él no es el protagonista, él es un mensajero, un mediador, un instrumento para ayudar a Jesús el Galileo a implantar el reino.
Por eso respondió a las preguntas de los alumnos de 2º de ESO, hablando de los Turkana, de aquellas tribus que con rasgos muy semejantes a los Masai, eran ganaderos nómadas cómo ellos.
Sin agua no hay vida, y esa ha sido una de las tareas fundamentales de esta misión a la que pertenece Lenny, buscar agua, hacer pozos, crear presas. De esta manera ya no hay que emplear tres horas diarias en ir a por agua, también se puede dar de beber fácilmente al ganado, mejora la limpieza corporal evitando enfermedades y sobre todo, pueden empezar a cultivar lo esencial para vivir.
El agua da lugar a más tiempo para la escuela y a una mejora en la salud. La escuela, tan denostada a veces, es el centro del cambio de toda sociedad. Allí los niños comen una comida abundante, cosa que difícilmente hacen en sus hogares, pero sobre todo, se garantizan aprender a leer, a escribir, a hacer tareas agrícolas, con lo que su futuro, no será el mismo que el de sus antepasados.
La misión tiene cuatro dispensarios con cuatro puntos para la clínica móvil, van cada día a un pueblo. De esta manera los dispensarios van a ellos, aunque ellos no pudieran ir a los dispensarios. Así nadie se queda sin asistencia médica.
Por último hay que resaltar la tarea a favor de la mujer, la gran dannificada; apalabradas en matrimonio al nacer, son casadas a los diez años con hombres treinta años mayores que ellas, no les cuento más, el resto es trágicamente fácil de imaginar, salvo que se las apoye, forme y de créditos para que sean las dueñas de su futuro.
Esta es la historia de Lenny, hay muchas historias parecidas, el DOMUND las hace salir a la luz una vez al año.
Benditos misioneros, hombres y mujeres que entendieron que para cambiar el mundo Dios les hizo a ellos.