“Una caricia ayuda tanto a la recuperación de los enfermos que la cariñoterapia es la mejor receta”. Son las palabras del papa Francisco ante niños enfermos, doctores, padres de familia y enfermeros durante su visita al Hospital Infantil Federico Gómez, en Ciudad de México.
Si bien me sorprendió la terapia, más los administradores de la misma en aquel hospital, que no son otros que los frailes de la Orden de Agustinos Recoletos encargados de la labor de pastoral sanitaria en el centro.
Orgulloso de mis hermanos de allende el mar y su trabajo, preguntado interiormente sobre dónde y cuándo debemos evangelizar. Siento y pienso, más lo primero que lo segundo, que al menos en algunos sitios tienen claro lo prioritario del tender manos y lazos.
Heme aquí en mi versión tierna, cual erizo desarmado y con espinas en posición de descanso, reflexionando sobre el cariño, la ternura y otros medicamentos tan antiguos como sanos, pero a veces tan caros de dispensar, no por la necesidad de receta o lo elevado de su precio, sino por las trabas mentales, culturales, sociales e hipócritas que unas veces imponemos y otras nos imponen.
Ya José Luis Perales cantó aquello de que Con una sonrisa puedo comprar, todas esas cosas que no se venden, con una sonrisa compro la soledad del que marcha solo por el camino…
Gabriela Mistral es más explícita en su poema “Besos” susurrándonos al corazón que …Hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria, hay besos silenciosos, besos nobles, hay besos enigmáticos, sinceros, hay besos que se dan sólo las almas, hay besos por prohibidos, verdaderos.
Facundo Cabral escribió que “Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida”
En mi corazón aparecen palabras parientes y amigas de las sonrisas, de los besos y de las caricias, me refiero a las palabras amigo, amor, hermano, familia, abrazo, risa, guiño, flor, bombones, poesía, canción, poema, guitarra, vida…
No sé, quizá este sol primaveral esté ablandando mi helado corazón, o en el fondo, todavía crea que hay mil modos y maneras de acariciar, siendo ésta, la energía del futuro más necesaria de renovarse y renovar.