El 29.5.16, El Diario Montañés, en una entrevista de Arantza Furundarena, hecha al Padre Ángel, fundador de la ONG “Mensajeros de la Paz”, recogió estas palabras: “Tenemos que aprender mucho de los bares. Nosotros no hemos sido buenos barman, ni buenos cocineros, y por eso se nos han ido muchos clientes de la Iglesia.”

Me fui a investigar qué cosas pueden hacer en los bares y restaurantes qué no hagamos nosotros, los sacerdotes y religiosos, y de las que debamos aprender para llenar “nuestras parroquias”, y esto concluí:

a) Formación:
Mantener fidelidad a los principios recibidos en la formación. Procurar una formación integral de los colaboradores y de los parroquianos. Actualizarse permanentemente. Llevar presente lo aprendido en la vida diaria y profesional.

b) Legalmente:
Acatar las leyes y normas de la Santa Madre Iglesia. Ser íntegros en el desarrollo del cargo. Como administradores, manejar adecuadamente los recursos materiales.

c) En el trabajo:
Mantener una conducta adecuada en nuestro local. Estar comprometidos con nuestra labor. Poner todo el esfuerzo en desarrollar un ambiente de trabajo agradable, tratando con respeto y consideración a las personas a nuestro cargo. Mantener suma discreción con la información que se nos suministre.

d) Con el producto:
Cumplir con todos los pasos a la hora de la elaboración de alimentos (sacramentos), especialmente, ser cuidadosos con el “alimento eucarístico”. Fomentar el respeto “a la cultura gastronómica de pueblos y naciones”, vamos, a otras maneras de pensar y religiones.

e) Con la clientela:
Dar la importancia debida y resolver toda reclamación de servicio traída por algún cliente. Mantener un servicio rápido y pleno de cortesía para con el cliente. En definitiva, garantizar la satisfacción de los “parroquianos”.

f) Estética y cratividad:
“Mantener el uniforme” limpio, planchado y con la identificación visible. Impulsar el desarrollo de la creatividad “en el arte culinaria”. Renovar técnicas y procedimientos constantemente.

No sé si de esta forma volveremos a llenar nuestros locales, pero lo que es seguro, es que no seguiremos vaciándolos a favor de la “competencia”.